El Problema
es de Negociación
En 1992 después de 30 meses de intensas negociaciones, el gobierno de Alfredo
Cristiani y el FMLN firmaron un Acuerdo de Paz que acabó con 12 años de guerra
civil. Los que vivimos la guerra sabemos la inmensa presión que tuvieron los
negociadores de ambos bandos para no llegar a un acuerdo y sin embargo
vencieron las presiones y lo hicieron. Viendo
las cosas en retrospectiva no entiendo como después de llegar exitosamente a un
acuerdo que muchos daban por perdido desde su nacimiento, Arena y el FMLN, solo
en ocasiones contadas con los dedos de la mano, han podido negociar
exitosamente en algún tema.
Esta situación
debería de ser un tema de estudio para muchos intelectuales, parecía que
después de los Acuerdos de Paz El Salvador tendría un futuro exitoso pues el
paso más difícil se había logrado. ¿Será que dichos acuerdos fueron alcanzados
a fuerza de presión de agentes externos?, ¿Será que fue un acuerdo únicamente entre
negociadores y no entre los intereses que representaban?, ¿Será que se
necesitaba un mediador permanente para lograr poner de acuerdo a las partes?, ¿Será
que nunca entendieron que el éxito final del acuerdo era seguir trabajando por
el país en forma conjunta? ¿Será que los partidos más pequeños fueron más “vivos”
que los dos grandes partidos y encontraron su nicho de éxito enfrentando entre
ellos a los dos grandes? La respuesta a estas preguntas solo nos la puede dar
un estudio profundo del tema y cualquier opinión mía sería una especulación.
Lo que sí es mi deber opinar es sobre la situación actual, donde la
negociación entre los dos partidos grandes se vuelve imperativa, pues ha
quedado demostrado que es imposible avanzar en nuestro desarrollo si una mitad
de la población se enfrenta ideológicamente a la otra mitad. Negociar es un
medio básico para conseguir lo que se desea de otros, es una comunicación
bilateral diseñada para llegar a un acuerdo.
La Negociación sobre cualquier tema donde hay intereses en juego de dos
partes no es algo sencillo, según mi experiencia de muchos años en el área de
negocios la parte más difícil es evitar la tendencia que se tiene entre dos
partes a dejar a un lado la negociación sustancial y concentrarse en lo que yo
llamo la negociación de “caras”, esto se debe a que para muchos negociadores es
más importante “la imagen que deja ante quienes representa” a “lo que logra sustancialmente
para quienes representa”. Esta situación se da mucho más intensa cuando la representación
es de un gran número de personas y la parte ideológica compite fuertemente con
los intereses reales de dichas personas.
Veamos un ejemplo de nuestro medio, el partido Arena actualmente es
minoritario en la asamblea legislativa, en los tres años que van a cumplir de
estar ahí no recuerdo que hayan hecho ninguna negociación exitosa con el FMLN
con excepción de un par de casos y gracias a la intervención del diputado
Zamora quien definitivamente no está cortado con la misma tijera que los demás,
sin embargo todos los diputados actuales han sido elegidos nuevamente de
candidatos debido a su “lealtad con el partido”, es decir han tenido grandes éxitos
en la negociación de “cara”. Su posición ha sido siempre de confrontación y oposición
pública, empujando al FMLN a negociar con los partidos pequeños y prácticamente
no logrando nada sustancial, sin embargo ante sus seguidores de Arena, sobre
todo los más conservadores, su imagen se ha mantenido en lo alto.
De igual manera ha actuado el FMLN, encontrando en los partidos pequeños su
mejor aliado pues ha sido más importante para ellos aplastar las aspiraciones
de Arena cediendo grandes espacios de poder a partidos con muy poca
representatividad poblacional, que buscar soluciones conjuntas en bien del país.
Lo que al final han logrado es que grandes sectores de la población se
encuentren descontentos y que el país no avance, sin embargo para muchos del
ala dura de su partido son héroes porque aplastan a Arena, nuevamente la “cara”
es más importante que la “sustancia”.
Pero ¿Porque las personas tienden a buscar la negociación por “cara” y no
por “sustancia”? La razón principal es que cuando se negocian intereses hay que
ceder en algunas cosas, no hay forma de ganar algo sin tener que ceder. Esto
que no se da en la negociación por “cara”, en esta última usted puede ganar sin
ceder un ápice pues la realidad es que su éxito no depende de la contraparte
sino de la imagen mostrada ante sus representados.
Una negociación real implica ambos aspectos y si esta se concentra en
buscar un éxito de ambas partes tanto en “sustancia” como en “cara”, se puede
hallar el punto correcto en que ambas partes sean ganadoras.
Analicemos ahora las estrategias de negociación que han tenido ambos partidos
en el pasado y sus resultados a la fecha. Arena durante 20 años siguió el
camino fácil, utilizó a los partidos pequeños como aliados y le pasó por encima
al FMLN, aplastándolo y “ninguneándolo” no obstante que este representaba a una
gran parte de la población, de esta manera se sintieron todopoderosos fueron perdiendo votantes poco a poco hasta
que vino la debacle y perdieron el poder.
Por otro lado el FMLN en un principio se acomodó a su papel de víctima,
nunca hicieron su mejor esfuerzo para convencer a Arena que era mejor negociar
con ellos, nunca quisieron ceder en nada, se acostumbraron nada más a su
posición que les permitía salvar su “cara” ante sus representados más
ortodoxos. Esto los llevó a acumular rencores personales que actualmente los
tienen actuando exactamente como Arena actuaba antes, no se han dado cuenta que
van directo a perder su actual posición de poder, no se han dado cuenta que los
partidos veletas pueden cambiar en el momento que les dé la gana y ahí se acaba
la fiesta, no se han dado cuenta que en realidad al igual que Arena nunca han
tenido el verdadero poder.
Un futuro mejor para El Salvador definitivamente requiere negociación de
alto nivel entre los dos grandes contendientes, el espíritu de los acuerdos de
paz debe renacer entre ellos para lograr un nuevo acuerdo conjunto en reglas
generales para enrumbar a este país por el camino del desarrollo. Para esto se
requiere que los negociadores cambien la actitud mostrada hasta ahora por los
dirigentes de los partidos y sus fracciones en la asamblea, entierren sus rencores
del pasado, se concentren en encontrar intereses comunes que les permitan una relación
mucho más conciliadora, sean más proactivos en su accionar y si es necesario
deben buscar algún experto mediador internacional que sea el guía de la
negociación.